Siempre me ha gustado practicar yoga en sitios insospechados. Sí, ya sé que lo más aconsejable es hacerlo en una habitación alejada de ruidos y perturbaciones, con imágenes de diosas hindúes y un envolvente olor a incienso,pero…
Hay ocasiones en las que mi cuerpo necesita estirarse y cualquier lugar puede ser ideal para hacer alguna asana (nombre que se le da a las posturas en el yoga)
El yoga es perfecto para ganar flexibilidad y fuerza, aliviar tensiones, mejorar el equilibrio, aumentar la consciencia corporal, bajar peso… Los beneficios físicos son infinitos. Pero sobre todo te ayuda a conocerte, a ponerte en contacto con tu yo más íntimo y profundo, llegando a convertirse en una experiencia espiritual, capaz de calmar tu interior a través de la respiración y escucha.
Yo me enganché cuando me desenganché del tabaco. Un buen cambio, ¿verdad?. La práctica diaria conseguía calmar mi ansiedad y además facilitaba mi sueño cuando me iba a la cama. Al principio me costaba ceder a la relajación, pero al poco tiempo fui notando como crecía mi confianza, e incluso mi autoestima.
La originalidad de esta práctica milenaria va in crescendo, existen un montón de tipos o variantes que se adaptan a tus necesidades, nena. Las más tradicionales son el Hatha, Ashtanga, Iyengar o Kundalini pero hay otras contemporáneas como el Anusara, Acroyoga, Bikram o Aéreoyoga. ¡La imaginación no tiene límites! (te hablaré de varias en algún próximo post)
A mí siempre me ha gustado el Ashtanga Yoga, porque es muy físico y requiere gran concentración. Mi lugar preferido para practicarlo es la playa, a última hora, cuando ya no hay gente y me puedo poner como Eva en el paraíso.
Este verano tuve la ocasión de practicar Stand Up Paddle, también conocido como SUP, con mis amigos de Limens Wind & Sup Club, en la Ría de Vigo.
El SUP consiste en navegar encima de una tabla con la ayuda de un remo. Es genial para darte un paseo sin alejarte demasiado de la playa. No es difícil mantener el equilibrio y la técnica de remar tampoco tiene mayor complicación. Ahora, coger olas y deslizarse a gran velocidad ya es otro asunto.
Mi último día de vacaciones quise despedirme de la playa de una manera especial.
Aunque era un poco tarde hacía mucho calor y el agua estaba para bebérsela. Adiós roca, adiós alga, adiós mejillón… ¡qué duro se me hace el regreso a Madrid! y es que «vaya vaya, aquí no hay playa», como decía la canción.
En cuanto el sol empezó a recogerse y la melancolía ya se había apoderado de mí, se me ocurrió probar encima de la tabla algunas de mis asanas favoritas.
Y así descubrí el SUP YOGA. Aunque había visto algunas imágenes nunca lo había probado. Las asanas las hice un poco a lo loquito, sin orden. Sólo quería probar mi equilibrio. Me sorprendí porque aguanté encima de la tabla más tiempo del que esperaba. Algunas posturas las tuve que adaptar un poco y en otras me resultó imposible mantenerme más de un segundo pero…
¡Qué maravilla es caerse en el agua!, volver a subirte y sentir las gotas de agua deslizándose por tu cara, por toda tu piel mientras continúas con tu práctica. Y el sonido de las olitas rompiendo en la orilla… Te aseguro que se refresca el cuerpo, la mente y hasta el alma.
El SUP YOGA nació en Florida pero cada vez se practica en más lugares. No necesariamente tiene que ser en el mar, se puede hacer en lagos, ríos y piscinas. Aseguran que además de los beneficios del yoga, se potencia el trabajo de core (músculos de la pared abdominal) y se gana más concentración, fuerza y flexibilidad debido a la dificultad para mantener el equilibrio.
¿No te parece divertida esta combinación de yoga tradicional con el SUP? Flotar sobre el agua, fluir como río… ¡qué gozada!
Estás son algunas de las escuela que he encontrado en España. Yo nunca he estado en ninguna de ellas… ¿Nos apuntamos?
http://www.deltapaddlesurf.es/
http://superparadisepoint.wordpress.com/
http://www.yogabody.es/sup-yoga/
Pero antes, una pregunta esencial:
¿sabes nadar?
Namaste, nena.
11 comments
Join the conversationMarián - 8 de octubre de 2014
He oído mar,nadar,agua?? Soy acuática más que terrestre,pero creo que no hay ninguna escuela en Galicia y menos en mi tierra ,Ourense….pena…
Son espectaculares las fotos y muy refrescantes.En cuanto al yoga,nunca lo he practicado,no me vendría mal,pero no sé que será más difícil ,realizar las posturas o escribirlas
Marián - 8 de octubre de 2014
Espero tus próximas aventuras.hasta pronto nena!
Aquí una fan incondicional.
Marta Larralde - 12 de octubre de 2014
Gracias nena!
María Carballo - 9 de octubre de 2014
Preciosas esas posturas!! estás increíble encima de la tabla…jajajaja….Yo quiero probar!! Y más post sobre yoga!! jijiji… Namasté baby
Marta Larralde - 12 de octubre de 2014
Tienes que probarlo! una yogui como tú… se te dará fenomenal!
karolina - 12 de octubre de 2014
Me encanta nena,el lugar ayuda mucho a realizar esos ejercicios,y a relajarse y encontrarse con uno mismo.Pronto podrás volver a disfrutar de todo eso,alguien muy cercano a mi lo practica y da clases y es genial.Me encanta el post.
Marta Larralde - 12 de octubre de 2014
Qué bien, qué suerte que tienes! Ya me contarás, nena!
area - 30 de octubre de 2014
Impresionante! Me has dejado sorprendidísima con Sirshasana sobre la tabla. No tenía ni idea de que existiera este «yoga acuático». Gracias por la información que aportas!
Marta Larralde - 30 de octubre de 2014
Este verano tienes que probarlo!
Marta Larralde - 30 de octubre de 2014
El próximo verano tienes que probarlo!
luisa fernanda - 21 de agosto de 2015
Es alucinante verte en esas posturas y en sitios tan complicados. ¿para qué una aburrida habitacion cuando tienes el mundo a tu alcance?
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Marta Larralde 24 de junio de 2014Esta tabla me saca un par de cabezas
Cómo una ola tu amor llegó a mi vida!!!!! Cómo una ola de fuego y de caricias….
Y es que las olas sólo pueden traer cosas buenas, como bien cantaba La Jurado. Si no pregúntale a cualquier surfista: un estilo de vida, una pasión… para muchos una razón de vivir.